Cada noche desde un lugar escondido incluso de sí misma se abre a las estrellas, a las constelaciones,
se muestra tal cual, vulnerable, sensible, con todos sus defectos, sentimientos, carencias y plenitudes.
Lo que ella no sabe es que las estrellas van escribiendo cada renglón de su alma.
Polvo de estrellas en cada palabra, en cada relato, en cada lágrima, silencio o carcajada.
No lo sabe, pero las estrellas tienen el libro mágico de su vida, de su alma,
quizás por eso siente que todo en su vida es sagrado,
quizás por eso, siempre ante cualquier pasaje de su realidad, por mucho que sus fuerzas la abandonen,
hay un algo mágico que la invita a danzar con el momento,
quizás nadie comprenda su danza, quizás para otros solo sea un torpe movimiento,
pero ella, aunque no sabe mucho, adivina entre sentires,
que todo movimiento, es danza,
que todo sntir poesía,
cada silencio palabra,
y cada palabra vida.
***La Guardiana Del Oráculo***
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