La Tenue luz de un pequeño candil

Se quedó acurrucada, toda la noche, junto a la tenue luz de un pequeño candil..

esperando una señal.

Pero él ya había partido hacia otros lugares.

No podía llorar externamente y ni siquiera sabía por qué..

Pero un insaciable llanto interno se desataba cada vez intentaba tomar aire.

Había buscado mil soluciones. Sin saber, siquiera, cuál había sido el problema.

así que las soluciones se diluían entre la tenue luz de ese pequeño candil.

lo peor, quizás; es que no podía hacer preguntas. Nada que preguntar.

lo mejor, seguro; es que no había reproches.

el llanto interno con el tiempo se apagaría.

las no preguntas y las esperadas respuestas se consumirían en la espera.

... Ahora pese a ese interno llanto, y pese a esa extrema y extraña nostalgia seguiría retomando aquella divina conexión que un día sintió.

Uniría sus latidos al corazón de todos a los que había amado, sin importar nada más. Sin importar que ya ni siquiera esos corazones recordasen su nombre o la hubieran echado a la hoguera de los desahucios.

Seguramente esa forma de darse al mundo sería su error de fábrica o su don o fortaleza.. Dar amor, sembrar sentimientos así de esa manera.

No todos encajamos en los puzzles ajenos, pese a que muchos si que sean la pieza del propio.

Vida, luz, amor, resonancia, ilusiones que se apagan, que se encienden.. Que retuercen.. Que anidan.. Que se van...

Y aún así la esperanza, la ilusión de disolver ese "error de fábrica".

Acurrucada, al lado de la tenue luz de ese pequeño candil casi al amanecer un abandono de sí misma la llevó a un profundo sueño sin errores de fabrica desvaneciendo y dando tregua a ese llanto insaciable interno.

***La Guardiana Del Oráculo***